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Nueve errores comunes que perjudican la salud y comportamiento de tu perro.

Algunos errores que cometemos con nuestros perros no solo impactan su bienestar físico, también su equilibrio emocional y su conducta. Algunos ejemplos: castigarlos por hacer sus necesidades donde nosotros consideramos incorrecto, cuando en realidad depende de nosotros su éxito en los comportamientos domésticos; no le damos la importancia que tiene para ellos el juego y el olfateo, y uno más, no percibir que son atletas natos y están diseñados por la naturaleza para ser mucho más activos físicamente que nosotros.

A continuación analizaremos nueve de los errores más comunes que debemos de evitar para garantizar la mejor calidad de vida para nuestros perros:

1. No proporcionar suficiente ejercicio.

Uno de los errores más comunes es no darle a tu perro la cantidad adecuada de ejercicio. Muchos tutores subestiman las necesidades energéticas de sus perros, lo que resulta en problemas de salud, como el sobrepeso, y alteraciones del comportamiento, entre ellas, la ansiedad o conductas destructivas.

Cada raza y talla de perro tiene diferentes requerimientos de actividad física. Mientras que algunas razas pequeñas pueden estar satisfechas con caminatas cortas, los perros más grandes y activos necesitan carreras y juegos intensos. La falta de ejercicio adecuado no solo afecta la salud física de tu perro, también su bienestar mental. Un perro con energía acumulada puede volverse ansioso y propenso a desarrollar comportamientos no deseados.

Consejo: Asegúrate de proporcionar paseos diarios y actividades que estimulen a tu perro física y mentalmente.

2. Alimentación inadecuada.

La alimentación es clave para la salud de tu perro. Darle solo sobras de comida, sobrealimentarlo o no elegir una dieta equilibrada y de calidad puede traer consecuencias graves, como obesidad, problemas gastrointestinales y deficiencias nutricionales.

Uno de los errores más comunes es asumir que cualquier alimento para perros es bueno. Sin embargo, no todas las croquetas o dietas caseras ofrecen los nutrientes adecuados. Por otro lado, algunos ingredientes comunes en nuestra dieta, como el chocolate, la cebolla y el ajo, son tóxicos para los perros.

Consejo: Consulta a tu médico veterinario para asegurarte que tu perro reciba una alimentación adecuada según su edad, tamaño, y necesidades especificas.

3. Ignorar la sociabilización temprana.

La sociabilización es crucial en las primeras etapas de la vida de un perro. A menudo, los propietarios cometen el error de no exponer a su cachorro a diferentes situaciones, personas y otros animales, lo que predispone al desarrollo de miedos, ansiedad y problemas de comportamiento en la edad adulta.

Un perro que no ha sido sociabilizado correctamente puede mostrar conductas agresivas o de miedo ante situaciones nuevas, como visitas al médico veterinario, encuentros con otros perros o incluso personas desconocidas. Esto afecta no solo a la convivencia familiar, sino también la seguridad del perro y de quienes lo rodean.

También es muy importante acostumbrarlo de cachorro a que deje le manipulen cualquier parte de su cuerpo. Esto lo ayudará a sentirse cómodo cuando necesites cortarle las uñas, revisar sus dientes y encías, cepillarlo, etc.

Consejo: Exponer a tu perro a diversos entornos desde cachorro es de vital importancia. Las clases de obediencia y las visitas regulares a parques donde conviva con otros perros puede ayudar a fortalecer su confianza y habilidades sociales.

4. Falta de atención médico veterinaria regular.

Algunos tutores solo llevan a sus perros al centro de salud veterinario cuando presentan un evidente problema de salud. Sin embargo, las visitas regulares al médico veterinario son esenciales para la detección temprana de enfermedades (más en la etapa de vejez), el control parasitario y la administración de vacunas y tratamientos preventivos.

El error de no seguir un programa de vacunación puede tener consecuencias graves. Por ejemplo, la falta de alguna vacuna puede exponer a tu perro a enfermedades mortales o de transmisión al ser humano (zoonosis) con amenaza para ti y tu familia. En las zonas de riesgo, también conviene un control parasitario contra pulgas, garrapatas o cualquier vector en la transmisión de enfermedades.

Consejo: Programa visitas regulares al médico veterinario al menos una vez al año para asegurarte de que tu perro esta sano y protegido contra enfermedades comunes.

5. No establecer reglas y límites claros.

Los perros necesitan consistencia en sus rutinas y normas. Un error común es no establecer límites claros desde el principio, lo que puede generar confusión en el perro y dar lugar a problemas de comportamiento. Cambiar constantemente las reglas, como por ejemplo, permitirle subir al sofá algunos días y otros prohibírselo, le causa estrés y ansiedad.

Los perros responden correctamente cuando saben qué se espera de ellos. Un hogar con reglas claras es un entorno predecible y seguro, lo que reduce la posibilidad de conductas problemáticas como morder, ladrar en exceso o saltar sobre las personas. 

Consejo: Establece reglas claras desde el principio y asegúrate que todos los miembros de la familia las respeten para evitar confundir a tu perro.

 

Se deben de marcar límites claros al perro desde un principio para evitar confusiones y problemas de comportamiento.

 

6. Interpretar como algo negativo el contenerlo en una transportadora.

Los perros por naturaleza pueden buscar una madriguera y una transportadora canina da la oportunidad de trabajar con su deseo natural de buscar lugares pequeños, oscuros y seguros para descansar. 

Al final, esto es ideal, ya que ayuda con el entrenamiento en casa y facilita y da seguridad en los viajes en automóvil o avión.

Consejo: Aprovecha este instinto natural para acostumbrarlo al uso de la transportadora. Esto no significa que lo mantengas encerrado, puede usarse sin la puerta y solo colocarla cuando se requiera la restricción. Estará adaptado a su uso y lo vera como algo normal.

7. No elegir el tipo correcto de collar, arnés o correa.

Lo más indicado es el uso de un arnés (pechera). Principalmente en los perros que jalan la correa o son propensos al colapso traqueal o problemas en las vertebras cervicales y torácicas. 

Los collares de castigo (estrangulamiento) no son convenientes ya que terminan por lastimar y causar sufrimiento al perro.

En cuanto a las correas, en mi opinión, las mejores son las de carnaza y con un largo de 2 metros. Las correas retractiles son más complicadas en su manejo y puede haber riesgos en la seguridad del perro.

Consejo: Acostúmbralo desde pequeño al uso del arnés para que no se sienta incómodo. Aunque utilicemos el arnés para el paseo, siempre es conveniente que traiga un collar con su placa de identificación en el caso de que se pierda.

8. Castigar a tu perro por orinar y defecar en un lugar no conveniente.

Cuando se presenta esta situación, de nada sirven los gritos, golpes y mucho menos restregar su nariz en la fuente del conflicto. Por lo regular, cuando esto no se controla, es que no estamos disponiendo del tiempo, paciencia y atención suficiente para el entrenamiento. El cachorro aprende si nosotros participamos de la forma correcta. Recuerda que él no comprende la razón por la que tú estas disponiendo cuál es su área de baño, sin embargo, llegará el momento en que cumplirá con tu deseo, si tú hiciste lo necesario.

Consejo: El entrenamiento para ir al baño en el lugar adecuado lleva su tiempo y hay principios fisiológicos que hay que cumplir para evitar los accidentes. Si no los conoces asesórate con el profesional indicado.

9. No darle la atención y cuidad a los dientes y uñas de tu perro.

Estos son dos elementos que la mayoría de los tutores descuidan. Debes cepillar los dientes de tu perro, de ser posible diario, y de no ser así, por lo menos un par de veces a la semana. Aunque no creas que con esta practica evitarás la limpieza profesional en consultorio con cierta frecuencia. La falta de higiene dental, predispone a la acumulación sarro, enfermedad periodontal, mal aliento (halitosis) y perdida de las piezas dentarias, además de enfermedades cardiacas, renales y disfunción cognitiva.

El crecimiento excesivo de las uñas provoca dificultad para caminar con el consecuente dolor y mal apoyo de los miembros. El caminado sobre superficies ásperas ayuda con su limado y retrasa o anula la necesidad de cortárselas.  Las uñas del quinto dedo o espolón, por su ubicación es imposible que se desgasten y tienden a enterrarse en la piel por el crecimiento natural. 

Consejo: No arriesgues a tu perro a las graves consecuencias de una enfermedad sistémica secundaria por la falta de higiene dental. Puedes contribuir a afectar su salud y reducir su longevidad. Por otro lado,  como ya lo mencioné, es muy importante haber acostumbrado a tu perro a la manipulación de sus miembros para facilitar el corte de uñas. Tú puedes aprender y cortar las uñas en casa teniendo el material necesario, más si no te sientes cómodo haciéndolo, llévalo a la estética canina cuando lo requiera.

 

Descuidar la higiene dental de tu perro tiene consecuencias mucho más graves que un simple mal aliento.

 

Considéralo.

Como tutores responsables, es nuestra responsabilidad educarnos  y evitar errores que afecten la salud y bienestar, así como el comportamiento de nuestros perros. Proporcionar la actividad física regular, una alimentación adecuada, facilitar su sociabilización, brindar los cuidados médicos veterinarios necesarios, reglas claras, fomentar el uso de la transportadora, seleccionar su arnés y correa correctos, evitar regaños y malos tratos por accidentes fisiológicos y ver por su salud dental y cuidado de las uñas son factores fundamentales para garantizar que tu perro goce de una vida feliz y saludable. Mantén la atención a sus necesidades, evita estos errores y mejoraras considerablemente su bienestar físico y emocional.

 

 

Autor: Heron Pazzi

Médico Veterinario Zootecnista, dedicado a la clínica y cirugía de perros y gatos. Ex académico de la FMVZ UNAM y de la FCN UAQ. Conferencista y amante de los perros y su bienestar.

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